NOTA DE
PRENSA
iba a escribir un
poema y me salió una espada…
Si algo rompió
fue la gota de agua en el arrecife, la lágrima en el suspiro… Esta soledad es
el agravio a mi tolerancia… ¡Oh, dioses, aplacad al dinosaurio que agita las murallas!
“Condenadme, no importa”. No importa… Te digo que el cielo echa raíces y son
pervertidas las estrellas trashumantes. Pagué mis cuarentenas sobre una
isla que se llama Amor. Pagué con mi lengua el silencio y alguien se atreve a
besarme ahora… Este cáliz amargo se derrama en equinoccios… Soy la histeria, o
sea, la historia. Condenadme… Soy quien
murió clavándose espinas una y otra vez. Mis cardiogramas son jeroglíficos
universales.
se presta una mujer por tiempo
indefinido
avisen a su amante…
Yo me llamo
Troya o, mejor, Habana… Dejé a Jesús ardiendo en mi latido y me fui al mar como
cualquier fantasma insumiso… Solo quedan doce hombres para sepultar el pasado y
una voz que apenas reconozco… Habrá floresta… He comenzado a sangrar. Sé que no
puedo perderme en la plegaria de los sutiles. Reencarno en una hoja de papel
que alguien se atreve a manchar con mentiras. ¿Cómo gritar mis cascadas? El matarife viene con su séquito de
arcángeles… Condenadme otra vez… Es el poema que debo a la memoria.