XI
el tribuno cruza los brazos.
sus párpados se juntan
y aprisionan la ira
en nuestra presencia.
no sé cómo clasificar
el delirio de macho en celo
cuando es una crisálida su estatura
tras el ejercicio espiritual.
luego
toma el mando
entre bocanadas de saliva.
la plebe
-su plebe
la mía-
y desastres aledaños
me escarban la piel.
no puedo contemporizar
con el magistrado
que aprieta la cuerda
en nuestros cuellos.
el campo de batalla
es esta sombra
que atraviesa mi frente.
el tribuno cruza los brazos.
sus párpados se juntan
y aprisionan la ira
en nuestra presencia.
no sé cómo clasificar
el delirio de macho en celo
cuando es una crisálida su estatura
tras el ejercicio espiritual.
luego
toma el mando
entre bocanadas de saliva.
la plebe
-su plebe
la mía-
y desastres aledaños
me escarban la piel.
no puedo contemporizar
con el magistrado
que aprieta la cuerda
en nuestros cuellos.
el campo de batalla
es esta sombra
que atraviesa mi frente.
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