viernes, 14 de octubre de 2022

Un poema de Alcides Herrera

NO ME HABLES MÁS


El futuro soy yo y en él me siento.
Es su bar. Me rodea Copenhague
y una brisa futura me acaricia
más o menos “así”. Pienso en mi madre,
en futuros de capas de cebollas,
ay, moradas. Me robo todo el aire
del bar. Muero de pena en cada río
de tu nombre-pasado o de tu calle.
De la Scala (secreta) de Milán,
en mitad de este sueño indescifrable,
mi futuro sacó cuentas muy raras,
amor mío. Después cruzó los mares.
En la muerte y su fiesta había rubias
que salían en todos los canales
de este sueño, burlándose de otro
en que sueñan que tienen propiedades.
La doméstica sirve el mismo plato
ilusorio, y se borra en otra parte
de tu nombre-pasado. La doméstica
me arrastraba al futuro de su baile.
El futuro soy yo. Y en las moradas
estructuras, cebollas, espirales
que de tanto temer no tienen miedo,
hoy le cambio al pasado los pañales.
Inventé los olores del futuro
de este sueño, de su segundo amarre;
y fregaba al presente unos calderos
de domésticas luces, después, antes.
En la muerte puntual de mis actores
hay un lío, una cosa que no sale
cuando debe salir, una memoria
del futuro en que fui yerba de nadie.





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