jueves, 22 de marzo de 2012

XXX


¿Cómo obrar cuando ya no exista el reino?  ¿Qué hacer ante la puerta cerrada?  El centinela adopta el murmullo de mis pretensiones.  ¿Quién salvará al pájaro de cada corazón?  ¡Tanto tiempo de delirios!   Cada cual se lanza por el balcón de sus estrellas.  ¿Y qué hacer?  Están devoradas todas las estaciones y nadie nos levanta de la última caída.  ¿Acaso es la última?  La soledad es una compañía severa, sin embargo, La Habana libará nuestra sangre desde la plaza principal.  Antes, por favor, un minuto de silencio, otra cuchillada...

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