septiembre llega con los primeros fríos
me decapita y aúlla en el mutismo de la espera
mientras juguetes rotos dormitan en la metáfora del silencio.
Ira
se desborda como único homenaje en la pantalla con mis letras
Ira doliente
Ira
bloqueada por la vehemencia y el no comprender ciertos sucesos.
la hoguera convierte en ceniza mi palabra
no me deja dar un paso en los afectos del ser mortal
y me retuerce en los símbolos puntiagudos de la vida.
no hay denuncia más atroz que hacer morir otro pedazo de
esta rabia
cuando el reloj no detiene tanta pena
y algunas ballenas yacen varadas en mi corazón antiguo.
“a qué sabe la muerte” pregunto a dos sombras pequeñitas
y solo hay inocencia en el fondo de sus bocas.
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