La bala que me roza es casi bella
cieguecita persigue mi labranza
y es tan pobre que a tocar nunca alcanza
el crimen sigiloso de su estrella.
Necesito saber si en nueva usanza
entre díscola doctrina incompleta
el anfitrión retira su careta
y muestra, con el lobo, semejanza.
Si quieren mi osadía más discreta
les diré que produce desconfianza
aquel señor que oculta su faceta
tras sonrisa compartida en bonanza
con las hienas vestidas de etiqueta
y fiscal paraíso como lanza.
Marlene
Denis ©2013
Buen sonetazo!
ResponderEliminarGracias, compatriota!
EliminarPrecioso poema, y lleno de mensaje.
ResponderEliminarAparte, a veces tengo la sensación de que no abundan hoy día los poetas dispuestos a atarse a los esquemas de las estrofas (sin perder en belleza o sentido)... y personalmente es algo que me gusta leer.
Encantado de haber encontrado tu blog.
Un abrazo
Bienvenido, Licaón!
ResponderEliminarEncantada he quedado yo con su visita y grato comentario.
Salud!