La mujer va a clausurar los sueños.
El péndulo ahuyenta a las bestias
que merodean el jardín
mientras ella abre de par en par su llanto
y no halla su natalicio ni los nombres
o su huella de lagarto
en el árbol pecaminoso.
Ha perdido las cintas de atarse la desidia
el suculento plato de comer la soledad.
La mujer ahora va a clausurar la magia.
Se desnuda.
Marlene Denis©1998
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