LLÁMENME
ESPEREGESIA
(un día que Dios estuvo sano, me enamoré
de Vallejo)
yo nací un día
que Dios dejó de reír.
fue cuando
olvidó al rebaño
mientras
canturreaba himnos sordos
y azorado
contemplaba la gran nube oscura que es el
mundo.
nací un día que
Dios
prefirió cambiar
su nombre
y cazaba musarañas para matar
el tiempo
mientras
intercambiaba bostezos sin reclamo
y armonías mudas
porque Dios no
estaba enfermo
ni grave
no estaba porque
no era
siquiera la
sombra de una ilusión.
porque era sólo
la molécula de mi rabia
y
mi paz ambigua.
era la soberbia
de mi ramo de palabras
que el señor de
la sotana blandió sobre mi cabeza
para convertirme
en alucinógena.
yo nací un día
de buena fe
y crisálidas rocosas
de un espejo que
vomita mi imagen
entre
crucifijos y malvas.
Dios no estaba
enfermo
ni grave.
Él no estaba
ante mis ojos
porque yo no
tenía ojos
(ni ojos ni
aluviones de esperanza)
yo soy
Espergesia
es decir
una errata del
submundo
a puro grito
en carne viva…
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