No
soy la puerta que invita a pasar
ni
el preámbulo de una canción a dos voces
que
puede disputarse el estrellato
en la
mansedumbre.
Nadie
obtendrá mi corazón entre las dagas
de
un puñado de promesas.
Soy
aquello que retoza en los manantiales
y
puede beberse como un trago de cautela
en el breve espacio de los límites.
Soy
aquello que se rebela ante anillos y contratos,
el
cirio que jamás has de encender.
MDenis©laspalabrasdelsilencio
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