Autora: Ana Rosa Núñez, La
Habana, 1926
AEROLITO
La HERIDA es la noche
porque la noche no SANGRA.
Como campanas mudas son nuestros
oídos.
(La letanía es el silencio y el
olvido).
Una ESTRELLA termina su agonía
mientras el hombre despierta a la
tierra.
Es el mismo desgarrón entre el
SOL
y la nueva huella en la arena
vieja.
La misma esencia, la misma
sorpresa
de la LUZ ante el CRISTAL,
o del ESPEJO ante la sombra.
El temor de ser descubiertos un
día
sin más vestimenta que la sombra
o el ESPEJO,
con la misma desnudez de la
noche.
Mientras desciende, asciende, se
deshace
con dignidad la ESTRELLA, LA LUZ,
el polvo
y hasta la caída digna levanta el
corazón.
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