Y EL MUNDO LO SUPO…
A Soraya
La niña retoza en el ombligo de la luna
La niña-feto-futura manzana en almíbar
La niña-ronda entre cardos, violetas y
lilas
La niña muestra su aro de miel en la
cintura.
Cuánto enigma por descifrar arrastra la
brisa
en la piedra y trozo perfumado de su
sangre
donde todo grito lastimero es barro y
carne
más allá del eco, de la rabia y los
estigmas.
Cuánta luz emana de la arena y de la
espuma
en cada jirón de piel, en su blanca
sonrisa,
en travesaños, rosales y crueles
espinas,
en el agua que no aplaca la sed, en la
bruma.
La llaga postrera no basta para
alcanzarle
con esta sensación infinita de negrura
que lleva sin brida canto y duelo en la
montura
al horizonte de un verso que en sus ojos
late.
La niña-rota dilapidada por la vida
La niña-espejo donde destila nuestra
imagen
La niña-mujer entre unas garras de
barbarie
La Flor del Desierto que desangra nuestra risa.
MDenis©Antologías
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