IV
Los
demonios me circundan entre flores amarillas.
¿Serán
las flores del mal tanto veneno?
Sierpes
y escorpiones copulan en mis ojos
mientras
tú y yo hacemos el amor a la deriva
del
corazón encendido que nos colma.
Sierpes
y escorpiones y poemas
se
prenden a la inmensidad de cuanto toco.
¡Oh,
maldito forastero, que hoy te quedas
clavando
en mi vientre la eternidad de un suspiro!
MDenis©estridencias
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