Voy camino al matadero
del deseo distante
[precario
donde la paga de los días
es la errata negra
punzante de tu pluma
voy camino sin ninguna queja
a la extraña lejanía
de tus sábanas en pena
al rechazo disfrazado
de tu oído
a las piernas fecundadas
de otros tiempos
¡Qué debo hacer amor
para que tus pestañas brillen
con mi aliento!
El vals ha sido tuyo
en las noches del insomnio
y no por eso reclamo
tu pisada errante
porque da lo mismo
la dulce embriaguez de la tonada
si tu corazón sigue flotando a fuego lento
Vas a poca luz
desfilando
con la cubierta de un llanto
ya cansado
por las vísperas de los capullos
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