Autora: Emilia Bernal, Camagüey, 1884
LEVE
Dulcemente apagado, todo leve,
adoro la elegancia con que grave
sabe insinuarse en el misterio y sabe
hacerse amar así. Tallo de nieve
que apenas, si rozándola, se atreve
a acercarse a mi luz, porque no apague
el temblor de su sombra, la suave
ilusión, si acercándose, la mueve.
Leve su sombra es. Leve, imprecisa,
la sombra de sus ojos en la brisa.
La sombra de su leve voz, apenas
oye zurear la sangre entre las venas.
Y aun disuelta en la nada, su sonrisa
sombra de luz, en leche de azucenas.
LEVE
Dulcemente apagado, todo leve,
adoro la elegancia con que grave
sabe insinuarse en el misterio y sabe
hacerse amar así. Tallo de nieve
que apenas, si rozándola, se atreve
a acercarse a mi luz, porque no apague
el temblor de su sombra, la suave
ilusión, si acercándose, la mueve.
Leve su sombra es. Leve, imprecisa,
la sombra de sus ojos en la brisa.
La sombra de su leve voz, apenas
oye zurear la sangre entre las venas.
Y aun disuelta en la nada, su sonrisa
sombra de luz, en leche de azucenas.
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