Autora: Milagros González, Villa Clara, 1944
UN PÁJARO PARADO EN LA MITAD DE UN TORO
Como un pez resbalaste hacia mi vientre.
Allí te echaste a olerme y a sangrarme,
a rescatar mis líquidos,
a hundirme todo tu hombre
entre tanta colina temblorosa,
señales del origen.
Fuiste un rugido tibio,
un resoplar de toro recelando muletas
sobre la breve plaza de mis pechos
hasta que al fin, deshecha,
voló
paloma aquella
en un vagido final: alas se abrieron.
Me quedé. Nos quedamos. Nos morimos.
Se abrió tu toro en dos.
En su mitad, posada dulcemente,
mi ceniza.
UN PÁJARO PARADO EN LA MITAD DE UN TORO
Como un pez resbalaste hacia mi vientre.
Allí te echaste a olerme y a sangrarme,
a rescatar mis líquidos,
a hundirme todo tu hombre
entre tanta colina temblorosa,
señales del origen.
Fuiste un rugido tibio,
un resoplar de toro recelando muletas
sobre la breve plaza de mis pechos
hasta que al fin, deshecha,
voló
paloma aquella
en un vagido final: alas se abrieron.
Me quedé. Nos quedamos. Nos morimos.
Se abrió tu toro en dos.
En su mitad, posada dulcemente,
mi ceniza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario