La noche apagó mis dedos.
Devoró sus letras
y la rima de nostalgia
con las que impregnaba vida
a mi
modo de morir
junto al nenúfar y los pelícanos.
El mar es un vaso de agua
que ahoga el vicio de la sombra
y la multitud atesorada
en la bahía de tus ojos.
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