María Elena Cruz Varela, Matanzas, 1953,
es una periodista, poeta y novelista, marcada por el régimen y la
represión post-quinquenio gris, de los años 90.
Fue líder
del grupo disidente Criterio Alternativo (compuesto por intelectuales que difundieron en
1991 su Carta de los Diez), y condenada a dos años de cárcel, después de un juicio sumarísimo.
De acuerdo a un blog de poesía: "durante su estancia en la cárcel se la torturó y las
amenazas no cejaron cuando salió en libertad. Se la acusaba de difundir
propaganda enemiga". -De esto doy fe-.
Abandonó Cuba en 1994 y vivió un tiempo en España, antes
de trasladarse a Estados Unidos. Ahora ha vuelto a España para vivir en Madrid.
Ha publicado
varios libros de poesía, entre ellos, El ángel agotado, publicado en 1991.
Además de este libro son destacables: Mientras la espera el agua (1987), Afuera
está lloviendo (1989), Ballad of the blood! Balada de la sangre (1995) en
edición bilingüe.
Están las novelas Juana de Arco: el corazón del
verdugo, publicado en el 2003, o el más reciente, La hija de Cuba (2006).
La autora ha
recibido diversos premios literarios entre los que figuran el Premio
Nacional de Poesía Julián del Casal, el Premio Mariano de Cavia de
Prensa Española en 1995 y el Premio de Novela Histórica “Alfonso X El
Sabio” por Juana de Arco: el corazón del verdugo.
EL ÁNGEL CAÍDO
Mira David
Cómo se
encrespan los últimos corceles de la tarde
Cómo se
insubordinan
Cómo aclaman
triunfantes las voraces trompetas.
Pero ya no
recuerdo cómo llegan las cosas a nombrarse.
Pero es que
ya no sé.
Se me pudren
de infamia las prendas de ir viviendo
Y soy un
ángel más.
Un ángel que
se agota. En la corte agotada de los ángeles.
Mira David
Cómo se
agitan los corceles finales
Cómo acuden
al grito triunfal de la trompeta.
Anuncian que
hay que huir. No importa a dónde
No importa a
qué país de miniaturas
No importa a
qué proyecto
O espejismo.
Yo sólo quiero huir
Evadir los
escombros del íntimo desastre.
Si pudiera
negarles el don de la palabra.
Es que han
mentido tanto.
Nos
traicionaron tanto. La esperanza es tan frágil.
Es tan
frágil la tierra prometida.
Los ángeles
se exilian en bandadas.
Renuncian al
instante de las revelaciones:
nos han
mentido tanto.
Y soy un
ángel roto dejándose rodar por las alcantarillas.
El agua
inmunda es sólo
una verdad
vaciada entre tanta mentira.
Migajas.
Sólo nombro migajas. Es muy serio
cumplir
treinta y siete años. Y ser un ángel roto.
Violento de
llorar en la vigilia.
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