Autor: Marcos Gutiérrez, 1997, Guatemala
Paraíso
Los hombres construyeron el paraíso filtrando de una `esencia` de perdurabilidad la eternidad.
Emil Cioran
El río se hila
con las infinitas cuerdas
de su canto.
con las infinitas cuerdas
de su canto.
Traza brazos inmensos
y nos cubre con un halo
de profunda melancolía.
y nos cubre con un halo
de profunda melancolía.
Nos vemos, nos consume.
Los reflejos son
la turbulencia de un
llanto que tiembla y gime.
la turbulencia de un
llanto que tiembla y gime.
El río viene de allá
y va allá:
converge, siempre,
en la distancia intangible del paraíso.
y va allá:
converge, siempre,
en la distancia intangible del paraíso.
Somos el río:
nos construye en el único nombre:
la sucesión confusa
de eventos que oscilan
entre el pecho y la espalda.
nos construye en el único nombre:
la sucesión confusa
de eventos que oscilan
entre el pecho y la espalda.
Un ave vibra dentro de los cuerpos
como un hilo caído del río.
El ave se contempla
a través de la transparencia de la piel
y solo encuentra
un vacío inmenso
en el eco de todo lo que ha sido.
como un hilo caído del río.
El ave se contempla
a través de la transparencia de la piel
y solo encuentra
un vacío inmenso
en el eco de todo lo que ha sido.
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