CARTA ATENAGÓRICA
Quisiera tener aquí a mis
cuatro hijos esperando el
carro de la medianoche.
Gracián que duerme, Pedro
que no habla italiano en mi
presencia. Vicente y
Melchor han ido al cine y no
han regresado todavía.
Qué nos resuelve este rigor de
buenos padres, este
espantar el ocio y los
mosquitos con una vieja
gabardina ardiendo.
Gracián que duerme, sóplame el
frío de la fundación.
Demos tres vueltas a la ceiba
litúrgica
pon una semilla, que no serán
duraznos al amanecer
sino la tradición liviana
la tradición nuestra.
Pedro que no habla, mete el
prodigio de la jerigonza
entre nosotros
que no tendremos lengua más
fresca
ni quiero otra para el
abatimiento.
Quisiera recordar aquella
antigua música
que habla de quimeras y de la
negra bruma/ luego
ir con mis hijos al trabajo:
Vicente, tú serás más
cuidadoso
Melchor, tú nos abandonarás
irás por tres maneras al
desierto
te verán entre carámbanos, en
la Osa mayor
con los estrelladores.
Cierto es que tendrán
historia, cierto es que dormirán
desnudos sobre el azogue y el
fuego
y nadie irá a cobrarles deudas
mezquinas
porque no tendrán ninguna
deuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario