Panero, Grandísimo
Hijo de Puta
te has ido sin
mí
con asombrosa
carga de relámpagos
al descubierto
de tu camisa de fuerza
y mis cíclopes.
No podré
separarte del estallido de los volcanes
ni de la selva
de palabras
que aprisiona tu
soledad entre laberínticos andamios
mientras te
bebes a esta España en cada esquina
a sorbos de
espina y adicción.
No podremos
remendar los adoquines
ni siquiera los
panteones del agravio
donde las heces
nos sepultan.
Panero, Gran
Grandísimo
te has muerto a
cuentagotas
a sílabas como
puñaladas
y ahorcamientos
frente al muro de la telaraña
que aborrece
nuestra presencia apocalíptica.
Panero
no podré
refugiarme en ti:
ambos
arrastramos la sombra en cada hueso
y vertemos la
sangre en nuestra lengua
intrincados en
el mundo real que nos sofoca
y nos mantiene
verticales
al unísono de
los inmortales con sus rojas armaduras.
Pero soy tan
poca cosa, Panero…
ni siquiera
logro hornear el pan de la armonía
ni siquiera
logro hacerte un poema digno
ni siquiera
aspiro a la maldición.
MDenis©Versosalaire
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