El tiempo de los besos se acabó
No tengo brazos ni caballos ni musgos en las sienes
yo tenía un hijo, ay de mí
lo vi empinar un papalote y tenía un poeta, dios mío,
y bebíamos vino y hacíamos silencio
y alguna vez dijimos “hay que huir”.
Partimos nueces en Moscú y vimos irse en las cáscaras la dicha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario