miércoles, 1 de abril de 2020

ALGO QUE ACABO DE ENCONTRAR EN LAS REDES Y ME HA LLAMADO PODEROSAMENTE LA ATENCIÓN... (AUNQUE POR AHÍ VAN LOS TIROS)


DEL VIRUS A LA CORONACIÓN DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL.
Autor: Ernesto Fundora Hdez.

La lucha actual es por el poder económico y la hegemonía mundial. Comenzó siendo una batalla de divisas pero ha escalado a una revolución global. Se trata de “la rebelión de las élites” advertida por Christopher Lasch, algo totalmente diferente a la rebelión de las masas tan temida por Ortega y Gasset y celebrada por el marxismo. El coronavirus representa al monstruo del caos. El pueblo apenas significa una ficha, acaso el peón en un tablero hierático. Presenciaremos el jaque mate de algunos reyes. La cadena se quiebra por el eslabón más débil, la sociedad civil infectada, recluida en sus casas, aturdida por el cybert-miedo y el pánico al contagio de un virus impredecible ya que fue asistido por la nanotecnología transgénica. Trump aprovecha la pandemia, declara la ley marcial y por medio de ésta, empieza a purgar el sistema norteamericano, drenar el pantano, procesando a los miembros de la élite banquera y corrupta Illuminati. Se comenta que son más de 100 000 expedientes investigados a nivel internacional y que algunos serán juzgados como criminales o traidores a la patria. Nuevamente Guantánamo hospedará a los prisioneros, esta vez pura gente notoria y millonaria entre los que se mencionan algunos expresidentes, lo cual abre un nuevo capítulo en la historia de la justicia mundial. Allí también se celebrarán los juicios, de manera que, tratándose de una base militar en el extremo oriental de la isla de Cuba, se pueda controlar lo que se exhibe, se publica o se trasmite. Con semejante estocada, Trump saldría reelecto presidente en los comicios de Noviembre del 2020, Estados Unidos se posicionaría como líder moral mundial y, de paso, la humanidad resurgiría de entre las cenizas como un ave fénix aleteando hacia un nuevo porvenir. Fin del cuento, un maravilloso happy end al puro estilo Hollywoodense. Otra vez la tierra debe ser devastada y sujeta a un colapso para que logre resurgir una nueva era. Desde los filósofos estoicos, pasando por los mártires revolucionarios, hasta Schupemter, legiones se revuelcan en sus tumbas. Me pregunto cómo se cumplirá el periplo del héroe, cómo el hijo de inmigrantes escocés y alemanes, eterno bon vivant, showman agridulce, ha recibido el llamado para la tarea superior? Me pregunto cuál vocación lo sostiene, si la del rebelde, el loco, el rico, el justiciero, el insatisfecho o el despiadado? Me pregunto por qué Dios lo baraja entre sus cartas. La hazaña para la cual fue elegido, no es digna de envidia alguna porque implica un itinerario tortuoso, la aventura del guerrero, el amante, el tirano, el redentor y hasta el santo, viacrucis para el que Trump no parece estar capacitado. A la par, otro actor ha sido convocado al casting, pugnando por el protagonismo, el judoka ruso Vladimir Putin. Ambos se autoproclaman como salvadores del mundo, pero tendrán que explorar toda la aventura del arquetipo, mientras un misterioso alquimista, domador de dragones, administra el rugir del fuego desde las cuevas de Asia. ¿Serán acaso recompensados en sus sacrificios? El excesivo heroísmo, como toda filantropía, busca expurgar alguna culpa. Esperemos la revelación del último acto. La avaricia, cuando es karmática, también incluye el predio de las conquistas espirituales. Entre el arquetipo y la determinanción, un abismo se yergue, un vacío que ha de ser colmado. Históricamente, todo el que se ha enfrentado a ese poder subrepticio, termina sentado sobre su propia espada: Napoleón, Lincoln, Kennedy, Che Guevara, entre otros. Por suerte, “los fracasos siempre atestiguan el umbral afirmativo de la vida.” Pero una carta fundamental no ha sido jugada aún, o como plantea todo mito de éxito, el héroe puede ser rescatado por una fuerza externa, sorprendente, inconmensurable. En momentos tan crueles como estos, no sería descabellado ver aparecer en el cielo, espantando las cortinas de humo, una mano salvadora.
Fragmento extraído del libro de ensayo inédito INSTINTO DE BARRICADA. EL FIN DE LAS REVOLUCIONES. Manual para un post revolucionario frente al Nuevo orden mundial (2020) del cineasta y escritor Ernesto Fundora Hdez. Ilustración: Ares.

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