A Charles Baudelaire...
IV
Los demonios me circundan entre flores amarillas.
¿Serán las flores del mal tanto veneno?
Sierpes y escorpiones copulan en mis ojos
mientras tú y yo hacemos el amor a la deriva
del corazón encendido que nos colma.
Sierpes y escorpiones y poemas
se prenden a la inmensidad de cuanto toco.
¡Oh, maldito forastero, que hoy te quedas
clavando en mi vientre la eternidad de un suspiro!
M.D.
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