EPÍLOGO
No emplearé otra escaramuza
para acercarme a ti.
¡No es necesario!
Eres mi parte masculina.
Ya lo dijo Sonia
_la vidente
que se abanicaba con los naipes
y encendía velas a sus muertos
cada lunes_.
Eres esa diáfana porción
que se cuela por la garganta
y destila herejía
sobre tapias de cordura.
Eres la parte masculina.
Eternamente serás mi Dulcineo
y aunque me castiguen los dioses
te poemo
te poemo
te poemo
No hay comentarios:
Publicar un comentario