viernes, 3 de abril de 2020

POEMA DEL AMIGO CUBANO FÉLIX LUIS VIERA

Alguien me dice que por qué tomar la muerte por constante


Pero cómo no tomar la muerte por constante
si cada día muero 24 horas
si cada mujer con su instante que pasa por mis ojos
no regresa
Pero cómo no tomar la muerte por constante
si ahí están los que partieron sin gloria ni desdicha
los que reciben un saquito de palabras
quizá como una dádiva
en el último día de su presencia 
—que es como una ausencia—
en esta tierra

¿entonces cómo no tomar la muerte por constante?

Si mi cabellera se va descabellando
indefectiblemente
si mis pulmones y mi espina dorsal cada vez necesitan
más recetarios, más tabletas
Cómo no tomarla si las palmas y las mandarinas siguen
madurando
mientras yo me juego toda la sangre que muchos
me pagaron
cuando escribo un poema que tal vez sirva para nada

Cómo no tomar la muerte por constante
si ahí están
los que verdaderamente marcharon a morir
porque vivieron
y los que pasaron como un soplo al revés
sobre la tierra

¿entonces cómo no tomar la muerte por constante?

Si todavía anda por ahí por este mundo
una sombra que persigo como si fuera yo su humo
su propia sombra
una sombra que se me pierde siempre entre otra sombra

Cómo no tomarla por constante si la muerte
me acecha en el pavimento mojado, 
en la piedra que viaja
desde algún niño risueño

¿Cómo no tomar la muerte por constante
si le temo?

Si temo que me toque y aún nadie haya ganado la partida
si temo que me toque y aún las fichas 
sin mover sobre la mesa
si temo que me toque y aún sin escribir
el poema de la muerte

Cómo no tomarla por constante si a veces la siento
partir en dos la noche como si fuera una naranja
Si a veces la he visto criticándome, 
capciosamente, los poemas, 
confundiéndome

¿Cómo no tomar la muerte por constante
si la vida
le va creciendo en todas direcciones?

¿Cómo no tomarla por constante 
si me juego mi vida para vivir mi muerte?

Entonces si sé que la muerte viene 
pudriéndose esplendorosamente de la vida
si sé que la vida retoña como un trueno
desde la semilla de la muerte

¿Entonces cómo no tomar la muerte por constante?

¿Entonces cómo no tomar la vida por constante?


Noviembre 1980

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