Legna Rodríguez Iglesias, Camagüey, 1984
UNA ORACIÓN
De pronto, en medio de la noche, una oración.
Me tenía prohibido a mí misma comenzar cualquier cosa
con esa frase de pronto,
sin embargo ahí, en medio de la noche,
algo peor que de pronto,
estaba aquello, una oración.
En la cocina llené mi copa,
el agua tenía escarcha así que fue interesante sentir
esos cristales descendiendo por la lengua.
Era el calor, y estaba, como una absoluta apropiación
de todo el ser y el estar juntos
allí, en ese espacio y en ese tiempo, una oración.
Era el dolor, también, más de frente que de cabeza,
hacía casi una semana.
Y era el veneno de plátano, medicina natural compuesta
por alcohol y plátano.
Había una pobreza a mi alrededor que yo no podía
creer pero sí identificar.
Como tantas otras noches coloqué el doble candado,
bebí otra copa pensando en los cristales,
derretidos y tibios, a esa altura.
Fui
apagando cada luz, cada bondad
.
La oración se quedó para después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario