Con el inicio de la pandemia, el Gobierno estableció que las ventas de alimentación e higiene debían realizarse en las tiendas estatales y los negocios en divisas con el fin de controlar la distribución. En Santa Clara, el resultado fue un auge superior al 50% del mercado informal, que ahora opera online a su manera, utilizando la red social Facebook para ofertar los bienes y las plataformas de mensajería como Telegram o WhatsApp para concretar las ventas de lo que está regulado, como pollo, carne de cerdo, pasta dental, ropa, bombillos y otros productos.
Entrevistamos a Emilio Morales, economista y director de The Havana Consulting Group, sobre la decisión del Gobierno de permitir que los residentes en el extranjero abrir cuentas en Cuba. Para el experto, radicado en Miami, la decisión refleja la inminente necesidad de las autoridades de conseguir divisas, pero cree que será difícil conseguir la confianza de los cubanos que, a su juicio hace décadas que consideran los colchones el sitio más seguro para meter su dinero, especialmente por el temor a que en cualquier momento “cambien las reglas de juego”.
El brote de covid-19 surgido en la tienda habanera La Época se ha expandido ya hasta superar el centenar de personas. El “paciente cero” de este preocupante foco, que hasta la fecha mantenía en alerta a las autoridades locales pero ha saltado a prioridad nacional, es un trabajador del centro, donde se elaboraban módulos de comida. El empleado acudió, al parecer, seis días a trabajar con síntomas y, mediante contactos, se ha diseminado por dos centros laborales más. Las autoridades piden no bajar la guardia.
La organización Cuban Prisoners Defenders (CPD) ha acusado a Noruega y Luxemburgo de contribuir a la financiación del sistema de esclavitud de los médicos cubanos en misión internacional por sus acuerdos triangulares con Haití, donde Oslo ha puesto 2,5 millones de euros, y Cabo Verde, donde Luxemburgo ha contribuido con medio millón. La ONG pide a ambos países que revisen sus contratos si quieren seguir siendo un ejemplo en derechos humanos para el mundo entero y no enfrentarse a una denuncia ante el Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea.
“Cada vez se alejan más los alimentos de las mesas y se ciernen más la incertidumbre y el hambre sobre los hogares cubanos. Muy mal andan las cosas si la respuesta del Gobierno a la crisis es la multiplicación en las calles de las fuerzas represivas y del Ejército. En estos tiempos de frustración y desesperanza no podrían enviarnos los señores del poder un peor mensaje”. Los carretilleros, en el punto de mira de la policía en La Habana. Un texto de Miriam Celaya.
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