La famosa primera fábrica de mascarillas hechas en Cuba sigue sin vender. Proyectada en 2020, pero sin operaciones hasta la segunda mitad de 2021, la industria nació para abaratar el costo de las importaciones, pero su retraso al arrancar ha sido su ruina. El sistema de Salud ha seguido adquiriendo las chinas, que con el avance de la pandemia dejaron de escasear, y los cubanos no las encontraron cuando las necesitaban. A día de hoy, en su almacén hay 300.000 unidades y les sobra materia prima para medio millón más, algo inédito en la Isla. Los ganaderos de Ciego de Ávila, cansados de impagos del Estado que, cuando llegan no cubren lo que les cuesta producir leche, prefieren pagar los 10 pesos de multa por litro de leche no entregado. El subdelegado de Ganadería provincial reconoce que hay graves problemas para contratar y que, a pocos días del comienzo de 2023, solo ha podido contratarse el 33% de la leche y "faltan todavía unos 8 millones de litros". El proceso de aprobación de Abdala por parte de la OMS sigue parado por problemas bancarios derivados del embargo, según contó el presidente del grupo empresarial BioCubaFarma. El directivo explicó que llevan nueve meses intentando que las entidades financieras hagan las transferencias necesarias para arrancar parte de la planta de Mariel donde se fabrica el producto, lo que retrasa la visita de los expertos a la fábrica para certificar el proceso. Pese a ello, mantienen la esperanza de lograrlo en 2023. Yoani Sánchez expone, en este emocionante texto de fin de año, los motivos por los que seguirá viviendo en Cuba, le pese a quien le pese. "Lo más importante es que voy a seguir siendo una persona feliz. Mi felicidad no depende del modelo político o económico en el que vivo. Yo soy feliz porque respiro, porque estoy viva, porque comprendo que cada bocanada es un milagro para mí y se la debo a todos los que me precedieron. Yo soy feliz pese a la dictadura y a vivir en un país fallido. Yo soy feliz porque esa es una forma también de rebeldía". "Las palabras de Cossío, en realidad, más que mostrar los resultados de un discreto diálogo con Estados Unidos, lo que demuestran son las agrias discusiones internas que dividen a los burócratas cubanos en dos bandos: los que no ven otra salida a la tremenda crisis que un acercamiento urgente con el norte y los que se niegan rotundamente a que eso ocurra". Yunior García Aguilera reflexiona sobre unas palabras de Carlos Fernández de Cossío, que animó a cualquier flexibilización del embargo, aunque sea hacia el sector privado, que también controla. |
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