MADEVA:
INCÓGNITA
Moriré de aguaceros en los ojos
una noche sin luna, desmembrada
a horcajadas en un verso dormido
sin haber sido jamás preguntada
por el desvelo de mi alma enlutada
en la honda cicatriz de los senderos
paridores de lodo en armonía.
Moriré de aguaceros algún día
de fulgurante sol y enamorada
de la brisa, juglar en la belleza
de la boca que siempre fue soñada
recitando proverbios en mi nada
y besando perfumes en jardines
que a mi vida convierten en abrojos.
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