No conseguiré ser Alpha ni Omega. ¿Por qué me ultraja la vanagloria del pincel? Llevo el canto de los metales en la cruz. Mi lecho será la ermita. Hay demasiado amor para doblegarme. Estoy venciendo los trapecios cuando los templos cierran las puertas y ventanas. El amor es una nube. Laurel. Razón para nuevas campanadas y avemarías que me han decapitado… ¿Y si otro fuera el reino prometido? ¡No! No tengo la capacidad para ser el icono adorable ni el pedestal donde se yergue la patria dolorosa. Tampoco soy el corazón del elegido.
Quería decirte que he leído con placer lo que escribes.
ResponderEliminarUn cordial saludo.