No
soy media naranja que con otra porción
pueda
argumentarse como un todo.
No
soy el amor en la vida de alguien
-particularmente-.
No
soy costilla
ni
quiero perder el ángel de la cordura.
Me
ofrezco beso puño árbol
después
de entretejer la filantropía
y
atarla con nudos para que no escape la buena fe.
Sé
que quisieran destrozarme la lengua
para
justificar la cornada
en los laberintos absurdos de la hombría.
Sé
que quisieran inundarme de lágrimas
desmembrarme
la convicción
escupirme
en un papel con espermatozoides de lujo
para
izar el falso orgullo del macho.
¡No!
No
voy a bajar la cabeza
ni
a rezar un padrenuestro fundamentalista
disimulado
disimulado
para
que Dios aparte de mí el cáliz
de
los sublimes matrimonios.
¡Simplemente
ha de ser NO!
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