VIERNES
Clamando
con una voz muy fuerte dijo:
Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu
Lucas 23,46
Dios mío, ¿por qué me has abandonado? La vida se posó en mi hombro
cuando compartieron mis ropas y echaron a suertes mi poesía. Tuve sed y soporté el ansia infinita de la
carne. Aquí pondrás los labios porque el amor deja huellas profundas… De lo
contrario, los hombres se perderán para siempre… Luego desclavaré mi cuerpo. Mi
sangre inundará las calles, los corazones… ¡Pero la gente no dejará de traicionar!
Marlene Denis©La Habana, 1992
No hay comentarios:
Publicar un comentario