La estancia terrena arponeó mi útero
con rosas del desierto.
Ya no hay excusa
para mi puesta de sol.
Equinoccios revientan de clausura
en esta esquina de eclipsarnos
y ponerme la bufanda de sueños.
No consigo espantar las moscas:
naufraga en mis dedos
el aliento de quienes jamás vendrán.
MDenis©apuntesdeunasombra2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario