Clamando
con una voz muy fuerte dijo:
Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu
Lucas 23,46
Dios mío, ¿por qué me has
abandonado? La vida se puso en mi hombro cuando compartieron mis ropas y
echaron a suertes mi poesía. Tuve sed y soporté el ansia infinita de la carne. Aquí
pondrás los labios porque el amor deja huellas profundas. De lo contrario, los
hombres se perderán para siempre… Luego desclavaré mi cuerpo. Mi sangre
inundará las calles, los corazones… pero la gente no dejará de pecar.
MDenis©semanasanta1992
Maravilloso. Será leído en El Manicomio de las Letras hoy viernes 19 de abril 2019
ResponderEliminarMuchas gracias por tu gentileza.
EliminarAbrazos!!!