No deseo
transgredir como Carilda
¡de verdad, eso
no quiero!
pero cuando veo
tu boca almibarada
no puedo evitar
prender el fuego.
En las noches de
invierno -cuando llegan-
nuestro hogar se
muestra tan sencillo
que se llena con
todas las estrellas
y tus besos lo
mantienen encendido.
No quisiera
desenfrenarme como ella
mas cuando rozas
mi vientre con tu pelo
resucita en mi
piel la adolescencia
Hola Marlene. Muy lindo poema. Me recordaste que mI familia de Cuba me apodaron “Carilda” cuando leyeron mi libro de poemas, porque tengo algunos eróticos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Miriam. Ya me gustaría leer tu libro, pues para recibir ese apodo, ha de ser fantástico.
EliminarSaludos!!!