A Heberto Padilla
Todos
quedamos fuera de juego.
Todos
fuimos despedidos
al
tren de las desmemorias
o
a los calabozos de vinagre
diseñados
para el poeta.
Nada
teníamos que hacer:
solo
atarnos las manos a la desidia
y
dar hachazos a nuestra lengua.
¡No
lo hicimos!
Por
eso fuimos despedidos
con
nuestros baúles de soledad
y
los bolsillos hambrientos.
MDenis©2021
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