CANTO A LA ESPERANZA
Tierra mía, tierra,
amada tierra
donde habitan soles
apagados,
viles manos te
envenenan
en arduo empeño voraz
de exterminar tu
riqueza.
Tierra, tierra mía,
amada tierra
Dios en mis dedos
mutilados
de tanto palpar tu
belleza
va buscando a nuestro
hijo
y me consume la pena.
Tierra amada, tierra,
tierra mía
¿será, acaso, que él
florece
en ese manto de
estrellas?
¿Será que nunca se ha
ido
del corazón del
poema?
¡Será que debo salvarte
contra el viento y la marea!
De: CANTARES DE MI PLUMA SOMBRÍA
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