EL PATIO DE
MI CASA
al patio le ha
crecido un olvido.
supongamos que
no lo insulto
lo desnudo
amorosamente
mientras brotan
raíces de mis dedos
y escribo para
él
ciertas
piedrecillas encantadas.
merita una mano
de pintura
que mi perro no
defeque entre sus llagas.
de veras
merece que
alguien le sonría
que yo no
escriba “los versos más tristes esta noche”
para que la luna
no le vea llorar.