Debo aclarar que mi estancia y participación el el V Festival Internacional de Poesía de Safi (Marruecos) no fue en ningún momento representando a la UNEE; lo hice como cubana, latinoamericana y, para sentirme aún más completa, como un ciudadano más del mundo, amante y defensor de la poesía y, por encima de eso, de la paz.
Gracias a Marco Tulio del Arca, quien ha acompañado mis pasos y por el largo y riguroso camino de la creación literaria.
Gracias al periódico Jambalaya New, de Louisiana, por la deferencia.
www.jambalayanews.com/…/10436-jambalaya-cultural-un-espacio…
Publicado el 24 de mayo de 2017
Marco Tulio del Arca
Palabras.
ENTRE MOLINOS DE
VIENTO.
Hace poco regresó a
España, donde reside, la reconocida poeta, hispano cubana, Marlene Denis, había
estado en Marruecos representando a la Unión Nacional de Escritores UNEE,
volvió triunfadora, como era de esperarse.
Su más reciente obra
poética está conmigo, en mis manos y en mi cuarto de carne y huesos. La he
leído sin pausas, de un solo tirón y me parece emocionante. Sin dudas un buen
trabajo. Tiene la fuerza, lo vital y la razón lingüística que corresponde a la
justa iluminación de la palabra. Gran sutileza, preclaro tratamiento, dominio y
aplomo verbal. Un lenguaje signado por la configuración del mundo interior que
estructura lineamientos responsables, éticos y estéticos.
Hay un preciso manejo
de las frases que adornan su digno pensamiento. Es una obra enmarcada en la
autenticad y el valor que caracteriza la hermosa elaboración del poema, ese
fervor puntual que se introduce en la versatilidad del tiempo reinante en la
campiña y un apéndice de la historia hilvanada frente a los molinos de viento
que el viejo caballero confundió con unos retadores gigantes. Un pasaje de una
existencia que cabalgo al lado de su escudero en medio de aquellas horas
ignotas y con su realidad perturbada.
Un asomo de la pasión,
del capricho y de la tenacidad que se va haciendo un equilibrio en cada
decisión y en cada letra inmersa en la estabilidad del poema y en los
horizontes del afán por lograr, a su manera, la ruta y el destino que se
propone abrir en la columna de las diversas experiencias donde los contextos se
vuelven un camino de místicos sueños, de inútiles armaduras, de vanas
orientaciones y de insípidas recomendaciones. Sin embargo el panorama poético
es óptimamente perceptible y contundente. En los desbordes de la luz pueden
observarse la delicadeza apuntando a la sencillez y al encanto de esa cierta
dosis de inocencia que muchas veces le da color, densidad, sensibilidad, cuerpo
y esmero al texto, lo cual permite justificar, valorar y aceptar la calidad del
trabajo literario.
Este es el caso del
libro que rápidamente nos ocupa, MANUSCRITO HALLADO ENTRE MOLINOS DE VIENTO, es
a mi entender algo más que un libro. Tarea difícil, hondo significado, desvelo
y entrega disciplinaria. Es el señalamiento de una lanza en ristre, un apunte
del ayer a la par de la modernidad de los espejos en las esquinas del presente
y en las aristas del pasado que nunca pasa. Poesía actual, propia para
deleitarnos y refrescarnos. Poesía para pensar, analizar y recordar. Poesía
para razonar, visualizar, amar y vivir. Un canto a la memoria de los hechos. Un
pañuelo limpio inmerso en la dignidad de los adioses solidarios y
comprometidos. Una poesía con luz y respeto, características solo posibles en el
talento de un personaje de la altura intelectual de la poeta Marlene Denis, un
ser de importantes luchas en el reclamo de sus principios allá DONDE TERMINA LA
DISTANCIA y en aquellos espacios inolvidables que se extendieron, como el
viento, alguna vez muy cerca de las olas que servían de oídos a la música de
los trovadores en la estancia de LA GRAMA junto a la voz imperceptible del
MUSEO GÓMEZ donde con varios compañeros prometimos mantenernos con las MANOS
ABIERTAS.
Las mismas, por
diversas razones, un día se cerraron y solo nos quedaron disponibles e
invariables las de ella y las mías, es decir, las de esa inmensa Marlene, mujer
hecha de justicia, de paz, de honradez y de amor universal. Más madura, así
tenía que ser, la poeta ahora traza con delicadeza el cuerpo novedoso de cada
uno de sus escritos. Es, en definitiva, un poeta, no una poeta. Marlene es una
luna sentada en la tibia mirada de una noche sin pecados. Es fe y esfuerzo. Su
obra me ha gustado siempre, la encuentro sana, seria y sin especulaciones
baldías, muy gratificante y esencial es su creación. Poesía con alas de mar,
con olor a campo, a sal y a sol, con andares y desvelos. Poesía lejana y
cercana. Rocinante de trotar seguro. Poesía de grito consciente, a veces de
visión social y de alguna comprensión popular basada en el toque irónico, el
esmero y la oxigenación amorosa. En síntesis, Poesía y Poeta de verdad. Lo
digo, lo repito y lo afirmo.