viernes, 31 de mayo de 2019
VIRGILIO (VII)
Ahora
cuando
solo quedan papeles vacíos
no
sé dónde hallar tus huesos
ni
las epístolas
-jamás escritas-
que
alguna gaviota abandonó en las aguas.
Entre
las ruinas hemos vagado juntos
como
fieles soldados
precursores de la sombra
y
encendimos graves hogueras
donde
arrojar las criaturas del lamento.
Ahora
cuando
solo queda el vacío
entre
el pavimento y tu cráneo…
MDenis©virgilioperera
CICLO DE POESÍA CUBANA -TRASCENDENTALISMO (GRUPO ORÍGENES) LÍNEA CULTISTA
Autor: José Lezama Lima, La Habana, 1910
LA MUJER Y LA CASA
Hervías la leche
y seguías las amorosas costumbres del café.
Recorrías la casa
con una medida sin desperdicios.
Cada minuto un sacramento, como una ofrenda al peso de la noche.
Todas tus horas están justificadas
al pasar del comedor a la sala,
donde están los retratos
que gustan de tus comentarios.
Fijas la ley de todos los días
y el ave dominical se entreabre
con los colores del fuego
y las espumas del puchero.
Cuando se rompe un vaso,
es tu risa la que tintinea.
El centro de la casa
vuela como el punto en la línea.
En tus pesadillas
llueve interminablemente
sobre la colección que matas
enanas y el flamboyán subterráneo.
Si te atolondras,
el firmamento roto
en lanzas de mármol
se echaría sobre nosotros.
LA MUJER Y LA CASA
Hervías la leche
y seguías las amorosas costumbres del café.
Recorrías la casa
con una medida sin desperdicios.
Cada minuto un sacramento, como una ofrenda al peso de la noche.
Todas tus horas están justificadas
al pasar del comedor a la sala,
donde están los retratos
que gustan de tus comentarios.
Fijas la ley de todos los días
y el ave dominical se entreabre
con los colores del fuego
y las espumas del puchero.
Cuando se rompe un vaso,
es tu risa la que tintinea.
El centro de la casa
vuela como el punto en la línea.
En tus pesadillas
llueve interminablemente
sobre la colección que matas
enanas y el flamboyán subterráneo.
Si te atolondras,
el firmamento roto
en lanzas de mármol
se echaría sobre nosotros.
jueves, 30 de mayo de 2019
VIRGILIO (VI)
Alguna
vez fuimos ellos
comprometidos
con la astucia
los
cultos
y
las arengas.
Fuimos
ellos.
Se
nos nota en los pasos
cuando
retroceden en nuestra búsqueda.
Se
nota en los acordes
de
un infinito poema a media asta
en
nuestra risa con la mitad de la boca
en
los relámpagos
que
lanzamos a la multitud.
MDenis©virgilioperera
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autora: Serafina Núñez, La Habana, 1913
EL POEMA DE LA ILUSIÓN
Pasó primero en aire niño
sin enterarse, por mi lado,
yo sonreí pensando:
esperemos que tenga
veinte años.
Pasó después adolescente,
me miró
y quedóse a peinar estrellas
desde mis manos.
Ahora...
Hace tres lunas se fugó en la brisa,
con la primer paloma
que le rozó los labios;
yo lo miré alejarse,
con mirada de nido
que ve marchar sus pájaros.
EL POEMA DE LA ILUSIÓN
Pasó primero en aire niño
sin enterarse, por mi lado,
yo sonreí pensando:
esperemos que tenga
veinte años.
Pasó después adolescente,
me miró
y quedóse a peinar estrellas
desde mis manos.
Ahora...
Hace tres lunas se fugó en la brisa,
con la primer paloma
que le rozó los labios;
yo lo miré alejarse,
con mirada de nido
que ve marchar sus pájaros.
miércoles, 29 de mayo de 2019
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autora: Mirta Aguirre, La Habana, 1912
ELEGÍAS (fragmento)
II
Una criatura tiene su tamaño,
tiene su borde estrecho, su medida.
Y ha de haber para todos la pequeña alegría,
esa mínima dicha que es un derecho humano.
Ser feliz, amor mío, es como el aire, el agua,
algo para la vida.
Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Lejos tu mano corta el pan para otra boca.
Lejos suenan tus pasos y como yo sé que suenan.
Lejos, amor, muy lejos.
Y allí, donde mi angustia está sin ecos,
tú sonríes, tú eres,
y no sabes, amor, con cuánta sangre,
con qué amarga paciencia,
con cuánta fuerza para ahogar, yo olvido,
yo deshago mi sueño
y me acostumbro, amor, y me acostumbro.
ELEGÍAS (fragmento)
II
Una criatura tiene su tamaño,
tiene su borde estrecho, su medida.
Y ha de haber para todos la pequeña alegría,
esa mínima dicha que es un derecho humano.
Ser feliz, amor mío, es como el aire, el agua,
algo para la vida.
Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Lejos tu mano corta el pan para otra boca.
Lejos suenan tus pasos y como yo sé que suenan.
Lejos, amor, muy lejos.
Y allí, donde mi angustia está sin ecos,
tú sonríes, tú eres,
y no sabes, amor, con cuánta sangre,
con qué amarga paciencia,
con cuánta fuerza para ahogar, yo olvido,
yo deshago mi sueño
y me acostumbro, amor, y me acostumbro.
DISPUTÁNDONOS EL MAR
Para Alfonsina Storni
Tú, Alfonsina,
en tiempo de caracolas y bivalvas,
con cabello de algas y celeste pupila
en mil gargantas
desbordas la existencia
colmada de razones para perpetuar la poesía.
Y es que supiste equilibrar los
universos
con la primavera adormecida en la
mejilla
frente al espejo siniestro de los años
roturado en el pezón de la agonía.
Tú, Alfonsina, hermosa doncella de las
aguas,
que habita cada segundo de la vida
en dorada carroza de ignotos jardines
entre hipocampos y estrellas marinas,
desde aquella noche en que fuiste
luciérnaga
en el vientre de la playa malherida
-más plateada con tu voz que la misma
luna-
vienes navegando en el lomo de mi
lírica,
vestida de amapola con olor a salitre.
MDenis©milesdepoemas
(Imagen tomada de la red)
martes, 28 de mayo de 2019
VIRGILIO (V)
Quizás
yo te haya elaborado
a
semejanza de la quimera
a
semejanza de los sábados primaverales
a
semejanza del lejano 1994
y
del festín
que
incrustó tu coágulo en mis neuronas.
Quizás
fue mi exceso de olvido
o
el luto en la sonrisa
lo
que cubrió nuestros nombres
de
un barro perpetuo.
No
lo sé.
No
me diste el tiempo suficiente
para
embellecer la mácula de la creencia
que
bifurcó nuestra esperanza.
MDenis©virgilioperera
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autor: Ángel Augier, Holguín, 1910
VERANO EN TBILISI (fragmento)
II
¿Qué hacías, extranjera,
por los rumbos de la antigua Cólquida aquel día
en que el sol era
mucho más pródigo que sus frutos de oro?
Bajo un cielo alto y puro, los árboles
entrelazaban sus ramas como con más amor
y sentíase el cálido aliento del aire
cargado de perfumes y músicas. Quizás
en la espesura un ciervo herido
su refugio buscaba entre las hojas
que regaban sus verdes centelleantes.
También centelleaba tu mirada
de nieves y de brumas.
VERANO EN TBILISI (fragmento)
II
¿Qué hacías, extranjera,
por los rumbos de la antigua Cólquida aquel día
en que el sol era
mucho más pródigo que sus frutos de oro?
Bajo un cielo alto y puro, los árboles
entrelazaban sus ramas como con más amor
y sentíase el cálido aliento del aire
cargado de perfumes y músicas. Quizás
en la espesura un ciervo herido
su refugio buscaba entre las hojas
que regaban sus verdes centelleantes.
También centelleaba tu mirada
de nieves y de brumas.
lunes, 27 de mayo de 2019
VIRGILIO (IV)
He
cargado con mis pájaros y tu muerte
hacia
la deriva del destino.
Apenas
te supe
y
fue suficiente para perpetuarte
en
las cornadas de la soledad.
Apenas
me atribuí todas tus pertenencias
desde
la súplica de tu olfato
de
sabueso empedernido
que
se detiene ante el foso de la desmemoria.
Nunca
nunca
supe a quién acudir
con
tu verborrea en las manos
con
la ebriedad de la despedida
con
el salto mortal a las estrellas…
MDenis©virgilioperera
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autor: Félix Pita Rodríguez, La Habana, 1909
ESTA CANCIÓN VERDADERA
Esta canción verdadera
en un cruce de caminos
la escuché.
Y a la mañana siguiente,
¡ay amor, que nuevamente
la olvidé!
Ella se puso a quererme
sin sacar ninguna cuenta,
y yo no lo supe ver.
Piensen lo que estoy diciendo:
sin sacar ninguna cuenta
ella se puso a quererme
y yo no lo supe ver.
Lo que dicen que es querer
empieza muy a menudo
porque alguien sacó una cuenta.
Y después, tiene que ser,
hay errores en la suma
y todo se echa a perder.
Pero ponerse a querer
sin sacar ninguna cuenta,
¡ay amor, que eso es tan raro
que aparezca,
como aquel cometa grande
que pasó en el año diez
y aún no ha vuelto a aparecer!
Ella se puso a quererme
sin sacar ninguna cuenta,
¡y yo no la supe ver!
Esta canción verdadera
en un cruce de caminos
la escuché.
Y a la mañana siguiente,
¡ay amor, que nuevamente
la olvidé!
ESTA CANCIÓN VERDADERA
Esta canción verdadera
en un cruce de caminos
la escuché.
Y a la mañana siguiente,
¡ay amor, que nuevamente
la olvidé!
Ella se puso a quererme
sin sacar ninguna cuenta,
y yo no lo supe ver.
Piensen lo que estoy diciendo:
sin sacar ninguna cuenta
ella se puso a quererme
y yo no lo supe ver.
Lo que dicen que es querer
empieza muy a menudo
porque alguien sacó una cuenta.
Y después, tiene que ser,
hay errores en la suma
y todo se echa a perder.
Pero ponerse a querer
sin sacar ninguna cuenta,
¡ay amor, que eso es tan raro
que aparezca,
como aquel cometa grande
que pasó en el año diez
y aún no ha vuelto a aparecer!
Ella se puso a quererme
sin sacar ninguna cuenta,
¡y yo no la supe ver!
Esta canción verdadera
en un cruce de caminos
la escuché.
Y a la mañana siguiente,
¡ay amor, que nuevamente
la olvidé!
domingo, 26 de mayo de 2019
VIRGILIO (III)
Soy
la oveja negra que desobedece la orden
y
pasta sobre un montón de cicatrices
-es decir de
palabras-
para
darte vida en las catacumbas de un papel.
¡Oh,
Virgilio
domador
del viento
y
de cara a los falsos pastores!
Tú
y yo hemos llorado detrás del telón
hemos
apretado los dientes
y
devorado las piedras
para
esta insatisfacción del alba.
Ahora
cómo
sigues diciéndome este silencio
que
insiste en su sepulcro de uñas famélicas
a
mansalva de los secos prados.
MDenis©virgilioperera
sábado, 25 de mayo de 2019
VIRGILIO (II)
Nada
me aproxima a ti
salvo
esa lágrima que nunca derramé
entre
las paredes de una sucia oficina
con
tanto humo
y
tanto garabato en la memoria.
Nada
me aproxima a la conciliación
con
el pasado oscuro
ni
al recuento de nuestra historia marchita.
Nada
salvo
esta cadena que tira de mis años
y
me sumerge en la duda.
MDenis©virgilioperera
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autor: Nicolás Guillén, Camagüey, 1902
A VECES
A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: la amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir, bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor rompiéndome el pecho,
una flor, y decir: esta flor
para usted.
A VECES
A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: la amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir, bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor rompiéndome el pecho,
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Invierte en ti y empodérate.
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Jueves 06/06/2019
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19 h
NOTICIAS DE CUBA (14 Y MEDIO)
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viernes, 24 de mayo de 2019
VIRGILIO (I)
A Virgilio Perera
Hubiera
querido ocuparme de tus perros
encender
los jeroglíficos
del
anochecer precipitado
que
machacaron tu piel.
Debí
preguntar sobre el paradero de la sangre
atravesada
por una golondrina
en
el ombligo de un callejón.
Hubiera
alimentado las hormigas de tu boca
en
torno a la mesa
que
sació nuestro intento de sobrevivir.
MDenis©virgilioperera
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autor: Emilio Ballagas, Camagüey, 1908
ELEGÍA SIN NOMBRE (fragmento)
¿Sabes?
me iré mañana, me perderé bogando
en un barco de sombras,
entre moradas olas y cantos marineros,
bajo un silencio cósmico, grave y fosforescente...
Y entre mis labios tristes se mecerá tu nombre
que no me servirá para llamarte
y lo pronuncio siempre, para endulzar mi sangre,
canción inútil siempre, inútil, siempre inútil,
inútilmente siempre.
Los pechos de la muerte me alimentan la vida.
ELEGÍA SIN NOMBRE (fragmento)
¿Sabes?
me iré mañana, me perderé bogando
en un barco de sombras,
entre moradas olas y cantos marineros,
bajo un silencio cósmico, grave y fosforescente...
Y entre mis labios tristes se mecerá tu nombre
que no me servirá para llamarte
y lo pronuncio siempre, para endulzar mi sangre,
canción inútil siempre, inútil, siempre inútil,
inútilmente siempre.
Los pechos de la muerte me alimentan la vida.
jueves, 23 de mayo de 2019
CICLO DE POESÍA CUBANA
Autor: Eugenio Florit, Madrid, (nacionalizado cubano) 1903
MADRIGAL
Como un pétalo viaja por el río
sobre la ruta azul de la corriente,
así tu pensamiento vino al mío.
Corriente clara y amorosa. En ella
tu pensamiento navegó indolente,
como un pétalo viaja por el río.
Y al encontrar al pensamiento mío
se iluminaron con fulgor de estrella
y fueron una trémula centella
sobre la ruta azul de la corriente.
Así tu pensamiento vino al mío.
MADRIGAL
Como un pétalo viaja por el río
sobre la ruta azul de la corriente,
así tu pensamiento vino al mío.
Corriente clara y amorosa. En ella
tu pensamiento navegó indolente,
como un pétalo viaja por el río.
Y al encontrar al pensamiento mío
se iluminaron con fulgor de estrella
y fueron una trémula centella
sobre la ruta azul de la corriente.
Así tu pensamiento vino al mío.
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