RONDA SIN
VARIACIÓN SOBRE UN TEMA DE JORGE CRISTÓBAL QUE, A SU VEZ, FUE TOMADO DE UN TEMA DE DANTE
A toda hora me
palpo sobre esa cuerda. Algún nudo corredizo me suspende sobre el foso. La risa
está en las paredes… ¿Quién aprieta el lazo? ¿Quién me salva? Necesito unos ojos para la primavera… Soy insustancial… ¿Quién puede dibujarme un rostro y ensartar mis olvidos como nostalgias maduras? ¿Qué enigma surca la convocatoria del semen en estado
de clímax para la próxima
juerga? ¡Mis piernas! ¡Aullido! Tu risa acuchilla mi silencio…
¿Qué proeza vislumbrar detrás de los
vitrales? No tengo miedo al lobo.
Vuelvo a cantar... Traigo flores en la cesta, mundos y todo el medioevo en la espalda. Hay mucho
dolor, pero no miedo… Oh, nanas -martillos que enarbolan mi ojera-, si yo
fuese el crimen, ¿cuántas muertes moriría en tus brazos? Si yo fuera… ¡Todo es
parlamento! El papel ejerce su tonada, ejecuta mi hambre… Nadie tiene su olvido embalsamado, pero tu sangre
inunda mis venas. Soy la miel -o la hiel- y no tengo miedo al lobo. Me entrego
a la cruz para que no me devore el insomnio… ¿Cómo predecir el destino si vienes
conmigo y apuras un trago de alma? Tanteo las vísceras del mártir de tribunas y burlo la saliva… ¿Quién puede temer a estas alturas? La cábala se
derrama en copa sangrante. O es mi Habana la Gran Prostituta que bebe el
orgasmo a la
conformidad… "No llueve un sol", me dices… La bahía pudo ser la
apuesta hermosa. En cambio, es tu risa la luz. Ríe... Me cabe un
muchacho de rocío en el pecho aunque ya no dé para más el amor ni el delirio, y no podamos multiplicar panes ni peces… Yo no tengo miedo al lobo. ¡Soy
insustancial! ¿Cuál será el último círculo? ¿Quién presume de atrapar mis coordenadas? ¿Quién conseguirá robar pedacitos a mi cuerpo? ¿Con
cuál navaja expondrá su signo entre mis dientes? Eres el ladrón que hipoteca
al corazón en las esquinas. Nunca podrás llenarte los bolsillos de ternura o de
Nirvana. No… Muerde… Cuando sientas un arma aguijonea mis ijares y busca el centro...
ja ja… Eres mal ladrón. Faltan palomas silenciadas en San Marco -dices- o
sobran palomas o palabras -digo- ¡son las grietas! Pero no tengo miedo… Sé lo
que ocurre al otro lado de la vida… Hay luna llena… Soy el Caballo Blanco que patea el cielo.