jueves, 30 de enero de 2014

EL LÍDER

  El hombre de la barba buscó la piedra mayor. Sobre ella erigió su templo… Decidido y frenético, llamó a la audiencia y exhortó a encontrar los árboles más robustos.
  Allí estaban todos. Hombres y árboles fundidos a la altura de la gran piedra.
  El hombre enarbolaba su dedo índice. Gritó y luego contempló su obra. Colgaba íntegra de la cuerda que él mismo levantó con sus manos.

                                                                                       (RETRATOS, 1996)

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