sábado, 31 de marzo de 2012

XXXIX


Nunca está de más un acto salvaje, un mercader para los versos que oprimen el estado erótico de la garganta.  No es lo mismo decir erótico que errático.  Cara o cruz…  No espero otro rincón para la náusea.  Vine a pronunciar un discurso en  nombre del rebaño: extraña multitud de cieguecitos. Es mejor ser el loco.  He dejado la piel sobre la mesa y comparto la sonrisa como buen soldado…  Respira mi rabia, mi oxígeno, mi paz…  aún después de la ausente tentativa de hacer el amor en las alturas.  Quién mirará mis venas enlazadas a la aurora…  Otro día.  Otro planeta.  Otra gestión de bienes comunales…  Detrás de cada hombre viene el cuchillo.

viernes, 30 de marzo de 2012

XXXVIII


No sé quién soy.  Tengo el cuerpo de indio americano con olor a ron, tabaco y palma real, a simulacro y desidia.  Tengo corazón europeo y alma de olvido, la rebeldía de las aguas y el dolor de Palestina.  Quién soy.  Acaso me llamo Troya, Luanda o Nagasaki…  Cualquier fantasma abandona su púlpito y se multiplica en arenas.  El infierno desempolva al agravio por tres días si has honrado a tu padre y a tu madre, o te llevan a morir lejos de casa.  Dónde están las decapitaciones hermosas de la locura que me extirparon el evangelio.  No creo en el dios asesino con cara de buena gente que nos impones.  Abortar las ideas perfila en los calendarios utópicos sin jueces para el futuro.  A quién condenarán de alta traición.  

jueves, 29 de marzo de 2012

XXXVII


No puedo ir al mar.  Ya para qué.  Alguno quiere cortarse las venas pero la cábala es irrefutable.  Cuántos hijos ofreces al monstruo.  Cuántos caen en la boca de escualo.  Y dices que esto es perdonable.  Las pantallas están vacías, como siempre…  Hay una esperanza anclada en lo profundo y no es un titanic.  Da voces de éxodo, bocanadas de agonía...  Las manos de aplaudir ahora, fabricarán su barco después…  Quién asegura que esto no es vana costumbre.  Aquel que me niegue tres beses, me besará mil…  Sobre un tablero de agua nos mantendremos en jaque.  Yo no.  Cuál es la maldita verdad en todo esto.  Se me están gastando los pies entre mi casa y la bahía, y no respondes.  Ni siquiera poseo un ala de mariposa para abanicar mi delirio ni otra reflexión con la que especular.  No encuentro un funeral que nos invite a morir.

miércoles, 28 de marzo de 2012

XXXVI


Tus manos se empeñan en recorrer mi silencio.  Pero de cuál silencio hablas.  No esperes a tu hijo.  Eyacula otra moneda del más allá y procura que no nos falte la alquimia para sobrevivir.  No quiero trampas. No quiero buscar otras coordenadas, viejos cánticos, inútiles favores…  Mi espalda viene aguijoneada y con veneno.  Por lo menos, clávale una estrella.  Quién desatará las legiones de honor en la conciencia.  Por supuesto, creo que tú no.  Dónde está el cielo.  Al final, una estatua de paz no recompensa.  Sé que pasas las noches rezando por mí.  Pero de qué sirve.  De qué se me acusa.  Yo no puedo ir al mar como lo hacen los tristes.  Vivo de pobrediablo en callejón sin salida.

martes, 27 de marzo de 2012

XXXV


Soy insustancial.  Anacoreta.  Qué pretendes cuando apuras el último trago de mi espíritu.  No sé cuántas muertes podré morir entre tus brazos.  Soy el crimen de tus días.  Aquí abajo todo es parlamento, pero no se escucha un papel que diga la verdad.  Hemos embalsamado la memoria.  Quién puede temer a estas alturas.  Ya no es posible multiplicar los panes ni los peces.  Las gotas de sudor engendran nuevos delirios a la hora de La Pasión.  Todas las navajas exponen su inútil signo entre mis dientes y no podré dosificar tanta ternura.  Mi agresión es letal.  Soy mal perdedor.  Enciendo las plagas de la ira contra el último protagonista de mi derrota.

lunes, 26 de marzo de 2012

XXXIV


Sin tregua tejes el infinito para que en él ponga la rodilla.  ¡No!  Es la entrada a mi pueblo.  No lograré reverenciar esta página en blanco.  La calle me limita de mí mismo.  Es un oráculo.   _¡Tengan fe! -nos gritas, pero tus palabras son piedras que rompen los ojos con dulce crueldad.  Llevo vergüenza, no venganza.  Pagaré con mi sangre alguna puesta de sol que ya han matado.  Alguna masturbación simbólica detrás de la cámara oculta.  Un parto sentimental entre los dedos que empotrarán al madero para que yo no pueda saltar.

domingo, 25 de marzo de 2012

XXXIII


Hacen falta dólares para el bolsillo de la patria…  cartas de invitación para cada quien o algún avión clandestino, por lo menos, para que reconforte los sueños.  Yo te pregunto: qué es amor, y has quemado la vid de mis entregas.  El castigo se reduce a una espina.  Qué quieres de mí, Señor.  Pretendí escalar el sol por tus cabellos, en cambio, erraba por la orilla de tus ojos.  En alguna playa aprendí que bajo tierra queda la fuente donde todo se pudre.  Y en ella olvidé aplacar la sed.  A quién santificar ahora.  Yo no puedo ser El Mesías.  Soy el relámpago que como llega se va sin dolor ni relojes.  A quién santificar cuando he renunciado al cielo.

(¡Y mañana llega el Papa a la Isla Dolorosa!)

viernes, 23 de marzo de 2012

XXXI


Todas mis huellas fueron borradas del desierto ahora que la lejanía me despedaza.  Los altos pilares se vienen abajo como castillos de arena.  La esperanza fue a podrirse al fin del mundo.  Al menos, la nuestra.  Ya sucedió el día de la gran anunciación y aquí no pasa ni una lágrima.  Sólo resta un novedoso fanatismo de manteles, un adulterio ideológico, cualquier cosa para perdurar.  Quién despertará al nuevo cofre del pacto.  Pero de cuál pacto hablo, Padre.  Con el cuchillo a la espalda siempre adoraremos al mismo pastor.  El tiempo fue destruido y ya no suenan las campanas.  Todo invita a una gesta heroica, a limpiar de nuestros dedos las manchas de nicotina, ¡y qué decir de la sangre!

jueves, 22 de marzo de 2012

XXX


¿Cómo obrar cuando ya no exista el reino?  ¿Qué hacer ante la puerta cerrada?  El centinela adopta el murmullo de mis pretensiones.  ¿Quién salvará al pájaro de cada corazón?  ¡Tanto tiempo de delirios!   Cada cual se lanza por el balcón de sus estrellas.  ¿Y qué hacer?  Están devoradas todas las estaciones y nadie nos levanta de la última caída.  ¿Acaso es la última?  La soledad es una compañía severa, sin embargo, La Habana libará nuestra sangre desde la plaza principal.  Antes, por favor, un minuto de silencio, otra cuchillada...

miércoles, 21 de marzo de 2012

XXIX


Ignoro de cuál manera, pero he de arar tu nombre.  Daré forma visual al infinito.  Dicen que todos llevamos amuletos a la tienda del encuentro.  ¡Qué gran mentira!  La tienda es área dólar y yo no puedo entrar.  La mirra embriaga tanto como el agua de azúcar… Y yo: ¡vacío!  Las ovejas hacen su festín de pan o tableros de ajedrez a campo abierto.  (Cada cual carga su INRI) Ya se pagaron los tributos con saliva.  No obstante, debería quemar incienso ante la excomunión callejera porque Sodoma no quedó atrás ni mi cuerpo va delante.  Mi sombra se proyecta contra el muro.

martes, 20 de marzo de 2012

XXVIII


Quiero inventar otro aguacero porque desde aquí cuesta trabajo el horizonte.  Ya sé: soy la oveja negra que escribe cartas señoriales.  ¿Ya para qué?  Quisiera otra luna porque ésta la he gastado en crucigramas.  Necesito otro lecho, otro cáliz, un vía crucis menos corpulento.  He pasado la vida fabricándome.  Mis anillos han quedado sin ayer.  No puedo desterrar la sal de las llagas.  Y tú siempre fijo en la ventana: esencia, pasión y vida; misterio y pasión… locura… distancia-locura…  Y tus ojos invisibles ante mi barrio: ¡el más bello y aborrecido de los paisajes del mundo!  Y yo, muñeco de trapo, siempre destinado a la promesa de Había una vez una ternura mientras mis manos juegan a ser manos y moneda que a cara o cruz rompen el viento… Quisiera reinventarme, pero tendría que renovar mis huesos y eso es imposible.

lunes, 19 de marzo de 2012

XXVII


Otra tormenta de hojarasca sobre el pecho.  Otra noche.  Mis huesos se acrisolan contra el mármol.  En esta parte del mundo los hombres cavan sus parábolas, mi heredad…  Nunca pude dibujar otra oveja que no fuera yo, ni siquiera tu nave cósmica.  Todos me envenenaron con sus mieles, pero alguno tocó mis labios con un verso, y no fue precisamente pulcro ni apostólico…  He buscado refugio en el malecón lacerado.  Aquí, entre el mar y el muro me pierdo.  Es tu mano anacrónica quien hace redoblar algún tambor en la lejanía.  Soy la marioneta.  Tú mueves los hilos desde el punto de partida...

domingo, 18 de marzo de 2012

XXVI


Las aguas no se unen.  Nadie instala pedraplenes para atravesar la bahía, y no importa: el mar copula con sus víctimas más allá de la quimera.  La felicidad es otra dimensión sin pentagrama, un canto íntimo que sacrifica al gran rebaño.  No soy el amante inmaculado.  Bostezo en la penumbra y abro mis venas sin pudor.  No podrán santificarme tras las hostias de hambre y tragos de agua bendita.  Soy el objeto no identificado fuera de su órbita.  Nevará en Jerusalén y habrá frío en el pesebre, en mi resurrección indómita y sin luto.  Soy el fetiche que cuelga de tus ojos y se muestra al mundo como una demencia.  Pero qué importa.  Tu órgano genital está a la expectativa y no me escucha.  Y vuelvo a decir que no me importa.  Cada erección es un golpe de gracia: excusa para morir sin memoria.

sábado, 17 de marzo de 2012

XXV


No puedo cruzar la frontera, ni un libro de Vargas Llosa o un trozo de The Beatles… Todo aquel que lo intente será condenado.  El nuevo cielo que se abre es rojo y no admite fragilidad.  Tengo que salvar las emociones de la fragua.  Soy mi hoguera, a veces, Juana de Arco.  Pero no puedo ser Juana de Arco ni purgar mi síndrome de claustrofobia y, mucho menos, cuando vienen y flagelan.  Mi cerebro es impermeable.  ¿Con cuál látigo despedazarán mi silencio?  No me confieso inocente, tampoco culpable.  El verdugo nunca se quitará la capucha.  Ya no existe tortura que someta todos los miedos.  ¡Rezad por mí!  Desconozco los crímenes, salvo aquellos que vienen a morir ante mis pies.

viernes, 16 de marzo de 2012

XXIV


Te hice lugar en mi cuerpo. ¿Y dónde estás?  Aprendí a ser veleta mas no te encuentro en las floraciones de la ciudad.  Las primaveras cada día están más deshojadas.  Se perdió la llave de mi amnistía y nadie se arriesga a quemar estos salmos que no logran ser el preludio.  ¡Salve Palestina!  ¡Salve Habana!  Sólo tengo piedras en el pecho.  Una tentación de partituras atrae la fetidez de himnos salvajes para la conversión.  Llevo las espadas de acudir a los entierros clavadas en el vientre y no es el harakiri.  ¿Quién me descubre en pie sin ventanas?  ¿Quién te arranca de mi oxígeno?  ¿Qué infiel podrá patear estas heridas?

jueves, 15 de marzo de 2012

XXIII


Mientras las serpientes no quemen su veneno habrá un hombre dispuesto al sacrificio, un holocausto sobre las ruinas, otra promesa…  Puedo violar los mandamientos con el labio que ya no besa, con la orgía sacramental de otro cuerpo -no el que me diste- Soy la unidad entre la sombra y mis clavos pero puedo parir una luciérnaga.  No necesito la silla para arrojar el cansancio ni el corazón.  Ya no…  La llanura está desierta.  La montaña también.  Los que no han partido preparan la valija con su pedazo de fe.  Sobre la cruz siempre habrá un cielo y sobre el cielo, otra vez, la fosa común.

miércoles, 14 de marzo de 2012

XXII


Hoy ha nacido un sol.  Alabado sea el tirón de una sonrisa.  Sólo los dioses pueden descubrirlo a la orilla del mar.  Ahí: donde el éxodo…  Me acusarán de disidente si oyen que digo atrocidades, si destapan mi cabeza y sienten que soy el arpista de la última anunciación.  Pero la última no existe. Siempre habrá sucesos renovados y nos veremos después.  Mi piel es el barro: costilla tuya que hace el amor desde la luz y a veces, sólo a veces, se deja masacrar.

XXI


Poda mis manos ahora que el corazón viste sus galas y sale al mundo entre cuatro paredes para reconocerse en los parques.  No es lícito visitar las iglesias del hombre, hacer salpicar nuestras gotas de alma.  Alguien domestica los lirios y no importa.  Tú darás testimonio de mi cuerpo cuando no quepan sepulcros en la tierra.  Puedo incendiarlo todo… hasta la súplica: suicidio equivalente al acto de fe que me negaron.

lunes, 12 de marzo de 2012

XX


Tu cólera cae sobre estas manos y entierra mi lengua en la bahía.  ¿Dónde está el puente?  No puede hincar la rodilla.  Se me ocurre ladrar -perro al fin: agradecido- y voy lejos en mi círculo vicioso para desteñir el coraje.  Estoy matando el tiempo en espera de tu voz, de un jeroglífico o la señal de humo.  Mis cartas se queman de soledad.  Hacen falta un poco de paciencia y una cuerda para apretar el cuello de los ángeles.  Aquí cualquiera es ángel.  Todos rezamos un mundo a puerta cerrada.  Ten piedad de nosotros si nos escupes las entrañas.  Tensa la brújula con la que ahorcamos al sueño.

domingo, 11 de marzo de 2012

XIX


Agarrémonos el corazón como fieles discípulos de La Pasión y El Misterio.  El cautiverio es una bala de salva que promete quitarnos el disfraz.  Siempre fuimos un verso detrás de las cortinas.  Yo soy el que pasa por las noches frente al mar con cara de viandante mutilado que golpea los espectros.  Nunca he nacido.  Digo que cualquiera es penitente aunque le crezcan alas y se calcine en alguna promesa.  Digo y sueño donde tus manos cuecen mi hambre.  Enclavo un padrenuestro para sofocar los peligros.  Me nacionalizan y no soy Lázaro.  Ningún perro lame mis laceraciones.

sábado, 10 de marzo de 2012

XVIII


No hay testigo ocular para mi sombra que cuelga de la pared sin pedir cuentas al tiempo: asesino eterno de la memoria...  Rompe mis cadenas.  Soy el Hijo pródigo y no quiero otro homenaje que la libertad.  Mi mano sostiene los mástiles de tu gran barco que se hunde junto al sueño.  Así es la ley: ojo por ojo… y caigo.  También tuviste tu día y a quién le importa.  Mi cabeza es fecundada por pájaros divinos, se deja tentar por los naranjos exportables.  Me crecen alas.  Hay un puente levadizo entre tu amor y mi odio.  De ese modo poblaremos el mundo, levantaremos la última piedra.

XVII


El incienso germina en la estancia desierta.  Quiero decir: llegará la hora de ponernos a los héroes en el pecho, de recorrer las viejas estaciones.  Vendrá el momento de la próxima plegaria o de una flor.  Alguna vez nos obligaron a apurar la risa tras los candelabros ocultos.  Allí también hubo buena luz y nadie simulaba la vigilia.  Dormíamos despiertos por mandato.  A semejanza de las grietas encendíamos la muerte en búsqueda de la Caja de Pandora o la Caja de Sorpresa para cobijar nuestra ira.

XVI


Protege a todos.  No les dejes morir ante el toque de queda del autobús o el apagón. Negociar con el Manifiesto Comunista es desterrar la creencia.  ¿Cómo recapitular en las memorias o recurrir a la pena de muerte?  Entre cuatro paredes no se puede regatear cualquier doctrina a favor de los condenados.  Yo no tengo número de suerte.  Soy el pan para el próximo carpintero, la fórmula del vino que nadie beberá.  Soy la inmortalidad apresada en un cuerpo.

XV


Soy la intemperie, el colapso popular, la nueva Jerusalén con la soga al cuello…  Sólo pueden darme un minuto entre las sierpes, el tiro de gracia que fijará tu rostro en las pancartas.  Ahora estoy desclavando mis brazos del mundo.  Un acto de rebeldía es siempre una proeza aplastada.  Cada judío se renueva en los bostezos sin guerra santa ni la mínima protesta porque nadie sacrifica su acto de fe.  Ya no hay cerebros para lavar con agua bendita o semen.  No hay pactos ni homenajes.  Como rivales quedamos tú y yo en la frontera.  Y no amanece.

miércoles, 7 de marzo de 2012

XIV


Bendito el que vendrá...  Yo acepto en tu nombre mi bala en el lado izquierdo.  Alguien dará su amor por mí.  ¿Qué dejarás para estas manos in memoriam? ¿Cómo escribir mi alma, sus enigmas?  No puedo lucrar con breves gotas de fe en cada corazón.  Tal vez un asteroide caerá al centro de mi cama.  Soy como todo pecador: un náufrago en la locura.  ¿Hacia dónde volarán tus palomas?  La mitad de mi delito es este cuerpo trasnochado ante la pantalla.  Es aquella el límite de nuestro cadalso con su patrón de pruebas.  El culto a la personalidad.  La vida pasa pero nadie me cuelga micrófonos del pecho.  Alguno podrá oírme y cruzará los brazos.  Tú también, Padre, tú también…

XIII


No puedo mostrar el terror del rebaño.  El miedo se viste de vítores y conformidad.  Se cubre con las amapolas de los parques huérfanos para subir el puntaje de la opinión pública.  Mira cómo tus manos cincelan los adoquines de la plaza vieja donde caí de rodillas ante la fundación de tu cuerpo.  Hubo entonces quien fornicó en mis afluentes y me dio hijos de papel.  Hubo quien no soportó el disfraz y se lanzó a la fuga para dejar en mí nuevos calvarios.  Así fuimos descubriéndonos: Amad los unos a los otros.  Creced… Del mismo modo: Proletarios del mundo, uníos…  Algo tan simple como arrojar la moneda y perder.

lunes, 5 de marzo de 2012

XII


De Nazaret a La Habana hay un lucero…  En él mora Picasso mientras hace el amor con algún lienzo, no el Guernica…  Está Chaplin después de fabricar sonrisas en el horno del corazón, más allá de los tiempos, que tampoco son Modernos…  Baila Isadora, que como ave dulcísima, corta los cuatro vientos y se aprieta la garganta…   Mahatma Gandhi insiste en irradiar luz por las venas… Y Juan Gelman continúa gelmaneando…  De Nazaret a Casa está y eres tú, que me regalas el Monte de los Olivos, el Caballo de Troya, la Puerta del Sol, la Plaza de la Catedral con sus aromas mundanos.  Es la Gran Puerta Santa que se abre para el forastero sin que yo pueda entrar… Todo eres Tú, que me regalas un minuto para asumir el riesgo de apretar el rosario, que es como apretar el gatillo… Tú, que desafías todo e ignoras que existo.

domingo, 4 de marzo de 2012

XI


Hay llagas peores que las que engendra el odio.  Son las del amor.  Y tú, ¿qué has hecho con mi piel destinada al matadero?  Exilio es también el destierro en uno mismo cuando el mar es la boca de la muerte.  Urge la tempestad que me encomiende al dulce ángel de la guarda.  Él sabrá remendar la cicatriz mientras busco el bálsamo sacramental de un nuevo dios.  Soy el loco, el loco, el loco del vía crucis.  El terrible judío.  El más enamorado.

X


No conseguiré ser Alpha ni Omega.  ¿Por qué me ultraja la vanagloria del pincel?  Llevo el canto de los metales en la cruz.  Mi lecho será la ermita.  Hay demasiado amor para doblegarme.  Estoy venciendo los trapecios cuando los templos cierran las puertas y ventanas.  El amor es una nube.  Laurel.  Razón para nuevas campanadas y avemarías que me han decapitado…  ¿Y si otro fuera el reino prometido?  ¡No!  No tengo la capacidad para ser el icono adorable ni el pedestal donde se yergue la patria dolorosa.  Tampoco soy el corazón del elegido.

jueves, 1 de marzo de 2012

IX



Como todos, tengo mi credencial para andar sobre la línea.  Un paso en falso y dejaré de ser Hijo de Carpintero.  Entonces dirán: Hijo de Puta.  Alguien podría desclavar mis pies, pero no debe.  Sí.  Escuchamos la plegaria íntima para el próximo mercado.  Uno se muere un día después de la noticia.  No lograré echar pedacitos de pan al asesino, ni siquiera limosnas de rabia, a pesar de la hojarasca que ha caído.  Vibro en cierto rincón del mundo.  Nada más.  Seré el testimonio insuperable del renunciamiento.