miércoles, 21 de marzo de 2012

XXIX


Ignoro de cuál manera, pero he de arar tu nombre.  Daré forma visual al infinito.  Dicen que todos llevamos amuletos a la tienda del encuentro.  ¡Qué gran mentira!  La tienda es área dólar y yo no puedo entrar.  La mirra embriaga tanto como el agua de azúcar… Y yo: ¡vacío!  Las ovejas hacen su festín de pan o tableros de ajedrez a campo abierto.  (Cada cual carga su INRI) Ya se pagaron los tributos con saliva.  No obstante, debería quemar incienso ante la excomunión callejera porque Sodoma no quedó atrás ni mi cuerpo va delante.  Mi sombra se proyecta contra el muro.

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