domingo, 4 de marzo de 2012

XI


Hay llagas peores que las que engendra el odio.  Son las del amor.  Y tú, ¿qué has hecho con mi piel destinada al matadero?  Exilio es también el destierro en uno mismo cuando el mar es la boca de la muerte.  Urge la tempestad que me encomiende al dulce ángel de la guarda.  Él sabrá remendar la cicatriz mientras busco el bálsamo sacramental de un nuevo dios.  Soy el loco, el loco, el loco del vía crucis.  El terrible judío.  El más enamorado.

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