sábado, 10 de marzo de 2012

XVII


El incienso germina en la estancia desierta.  Quiero decir: llegará la hora de ponernos a los héroes en el pecho, de recorrer las viejas estaciones.  Vendrá el momento de la próxima plegaria o de una flor.  Alguna vez nos obligaron a apurar la risa tras los candelabros ocultos.  Allí también hubo buena luz y nadie simulaba la vigilia.  Dormíamos despiertos por mandato.  A semejanza de las grietas encendíamos la muerte en búsqueda de la Caja de Pandora o la Caja de Sorpresa para cobijar nuestra ira.

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