domingo, 26 de mayo de 2019

VIRGILIO (III)

Soy la oveja negra que desobedece la orden
y pasta sobre un montón de cicatrices
                                -es decir de palabras-
para darte vida en las catacumbas de un papel.
¡Oh, Virgilio
domador del viento
y de cara a los falsos pastores!
Tú y yo hemos llorado detrás del telón
hemos apretado los dientes
y devorado las piedras
para esta insatisfacción del alba.
Ahora
cómo sigues diciéndome este silencio
que insiste en su sepulcro de uñas famélicas
a mansalva de los secos prados.

MDenis©virgilioperera

2 comentarios:

  1. Es sobrecogedor tu poema Marlene, un placer leerte =) Son a veces las palabras mismas las ovejas negras sobre el papel níveo.

    ¡Un abrazo!

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    1. Sobrecogedores los hechos de aquella primavera que viví en Cuba, Licaón, como testigo presencial de algo insólito e inolvidable.
      Gracias por leerme.
      Fuerte abrazo!

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