martes, 3 de mayo de 2011

DOS PATRIAS TENGO


quemé la corteza de mi sombra.
en la punta de la ballesta
                 colgué el seudónimo
                             y me disparé a mí misma.
recogí la maleta de palabras
para suplir los últimos sucesos
                     que urgían de alguna tempestad.
detrás del horizonte hay una máscara
                     que envenena a las gaviotas
y no hay más que este perderme
                            en arrebatos clandestinos
no hay más
             que unos versos jamás escuchados…
qué más da:
soy la tinta de mi sangre
                          ensangrentada.
me alienta el aire que roza la pupila
                      y engrandece el camino a borbotones.
me alimenta la poesía sin fronteras
el escarabajo
             que recorre los matices de mi pueblo
el cielo que fecunda una promesa.
me levanta
el suelo de la patria que me abriga.

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