alguien llega a mi puerta
perdona la sequía de esta casa
si abro el corazón de par en par
mientras elevo un padrenuestro al insomnio.
deshojo los racimos de ausencia
que nacieron en mi costado
para dar vida al hambriento.
mi mano se tiende hacia el poema inconcluso
y mi garganta
-lecho de grito y estrella-
es árbol que se desnuda
al pie del forastero.
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