FRAGMENTO I
No quiero mártires. Échate a
llorar o cántame un réquiem o un villancico…
Alguien quiere seguir enajenado y descubrir mis veleros a la siniestra de Dios…
Y Dios toma mi montón de años. No sabe qué hacer, ni siquiera que me opongo al
Paraíso. No pude ser el pez aunque solo quiero esta intemperie… ¿A dónde irá el
rey con su cuerno de caza en búsqueda de cualquier corazón alado? Yo era el
alce… Un hombre trata de explicarme un silencio. Insiste en la Ley del Karma con
hechos reales dolorosos. Trata de ser frío ahora que su cabeza es bola de
cristal… Después del parto he degustado al poniente para conocer todas las
tapias… Un hombre es el reverso de sí mismo. Él destapa su cráneo sin mieles y me entrega al fariseo… ¿Qué milagro hará retornar la ceniza pura?
Esta es mi horca: pisotear la mierda puede causar graves trastornos de arco iris…
Me gusta el arco iris y, desde él, hago revolución con las palabras… Así inventé
la escaramuza de un poema cuando quise ser poeta y me amputaron la ternura. La
noche es peligrosa, es el verde olivo a la espalda y mi prisión
preventiva… Quién puede mirar mi rostro sin contemplarse al espejo, levantar
mis pedazos o batir sus contornos mientras incendio el ayuno... No quiero mártires.
Una paloma registra los meridianos cuando todos parlamentan para neutralizar mi
excomunión… Voy contando las cartas devoradas por el mar. Avasallo la memoria.
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